jueves, 13 de diciembre de 2012

En quién creer y en quién no, más otro texto... de paz

En esta época de Navidad es importante reflexionar sobre un tema que muchas veces pasa desapercibido en nuestras vidas. ¿Hemos dejado de creer en las personas? Es verdad que al creer nos exponemos a que nos decepcionen de muchas maneras. Todos somos seres imperfectos, con grandes virtudes y debilidades, sin embargo, somos parte de una sociedad con la que día a día tenemos que convivir y para lograrlo es importante ser cautelosos y aprender a discernir en quién creer y en quién no.
Les envío un mensaje de Feliz Navidad y les reproduzco parcialmente este texto de autor que no conozco:
CREO EN LAS PERSONAS

Especialmente en aquellas que se les ve algo más que la humanidad.
Hablo de aquellas personas que existen en nuestras vidas, que engrandecen nuestro espacio con pequeñas alegrías.
De aquellas que miran a los ojos porque son verdaderas, que hacen elogios, que agradecen y piden disculpas con la misma simplicidad que un niño.
Personas que no necesitan hacer trampas para conseguir lo que buscan, porque sus deseos se muestran en sus acciones y reacciones, no en sus caprichos.
Personas que hacen el bien y te protegen del mal con una sonrisa, una palabra, un beso, un abrazo.
Personas que cuidan de su cuerpo, porque les acompañará hasta el final. Que no distinguen entre ricos o pobres, gordos o flacos, negros o blancos.
Personas, simplemente personas, que no siempre están seguras de todo, pero siempre cumplen. Transparentes, amigas, espontáneas, a veces ingenuas.
Prefiero creer en relaciones basadas en la confianza, la serenidad, la humildad y la sinceridad.
Prefiero creer en aquellos encuentros que nos transmiten amistad, paz y tranquilidad.
Prefiero creer en hombres y mujeres que reverencian la vida con la misma intensidad que un gran amor... que pasan por la vida y dejan su huella, su recuerdo.